viernes, 28 de enero de 2011

La comida de ELIAS






El pequeño kiosco de Elias Quiñónes es el más requerido a eso de la 09:00. La gente viene al sector de la avenida México, en busca la suculenta comida de este afroecuatoriano de 35 años, radicado hace más de 25 años en Cuenca.


Él es experto en la cocina. Nadie le enseñó, pero según dice, eso de la sazón, lo lleva en la sangre. Las tapas de las ollas se abren y se cierran en segundos. Mientras, al otro lado de la avenida, ya le gritan “Elías, mi negro, ya vengo por tu comida”.


En la vereda, dos horas antes, Elías y su tío Silvio Arroyo, colocan sillas y tres mesas de plásticos para esperar a sus clientes, que suman más de 300 por día. En un par de minutos ya no hay sitio para sus hambrientos amigos, quienes tienen que utilizar los bordes de la carretilla para comer.



Elías vino con su familia a buscar mejor suerte en Cuenca. Tenía 10 años cuando su padre decidió que debían salir de su natal Esmeraldas y tener mejores oportunidades.


Empezaron entonces a preparar comida y hace 15 años, los conoce mucha gente. Elías ofrece siete clases de platos todos acompañados de arroz y menestra su especialidad es el encocado de pescado y el caldo de bagre.   

Cuenca es una ciudad complicada, dice Elías, para los afroecuatorianos, pero la comida es un buen elemento para vincularse y demostrarles que no son ociosos o se dedican a robar como la gente les estigmatiza.







  


jueves, 6 de enero de 2011

Internos se rehabilitan haciendo música


Germán Sánchez desde hace cinco años está detenido en el Centro de Rehabilitación de Varones por tenencia de drogas. En las noches en el interior de su celda se dedica a componer canciones. En estos años ha hecho más de 20 temas, que cuentan su vida dentro de la prisión.

Germán cierra los ojos para cantar su música. Fue en talleres dentro de la cárcel que aprendió a entonar la guitarra. Su tema: En la celda de un penal es la primera canción de 10 de un cidi, que él y cinco compañeros crearon y grabaron en este Centro.

En la Celda de un penal refleja la vida que los internos soportan tras las rejas. Germán muestran su satisfacción al tener en sus manos el cidi, con canciones en género de baladas y bachatas de los internos que conforman el grupo de música Libertad.

Sebastián Pagay, con ceguera total, es el director del grupo de música. En su caso son 31 meses que está en el Centro de Rehabilitación. La flauta dulce es uno de sus instrumentos musicales favoritos.

Él guía a los demás compañeros para la creación de las canciones. Los músicos ensayan cuatro veces a la semana en un cuarto dentro del Centro de 08:00 a 10:00. También tienen un permiso especial para hacer repasos en la noche, antes de una presentación en el mismo Centro de Rehabilitación.

En el tema nueve del cidi, grabado por los internos, participa el director de la cárcel, Pablo León, declamando Poema de un preso. Él explica que en siete meses dentro de la institución se ejecutan 15 proyectos. Así hay dos grupos de teatro, uno de futbol y de básquet, dos grupos de música, además está en circulación del periódico del Centro denominado Pionero, con esto pese del hacinamiento dentro del cárcel hay una verdadera rehabilitación, dice León.

“La idea es que las personas aquí aprendan a valorarse, hacer trabajos, a ganarse la vida y que salga con una actitud diferente”.

La prohibición para que los internos del grupo Libertad puedan salir para grabar su primer material musical hizo que la oficina del director se readecue para la grabación del disco. Pablo González, director de Audisur estudio, tuvo que llevar sus equipos para empezar la creación del disco con temas inéditos. El proyecto inició en noviembre de 2010 y para diciembre ya se contó con el material musical.

El disco original está a la venta a un costo de 6 dólares dentro del Centro de Rehabilitación de Varones.
Al momento otro grupo de internos selecciona sus temas para grabar sus canciones pero esta vez en ritmo reggaetón.

Germán dice que está rehabilitándose y esto es una muestra de ese empeño.

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